Es un guerrero íbero coetáneo que estaba enterrado en la tierra

Encuentro del guerrero. Manuel Ibáñez, un labrador ilicitano cuenta detalladamente como notó que su tractor chocó contra una gran piedra. Decidió emplearla de modo que el sobrepeso de esta, sirviese para arar la tierra del campo en el que estaba trabajando. Fue después cuando se dio cuenta de que era algo más.

Así fue como Manuel la tomó cuidadosamente e inmediatamente puso rumbo a La Alcudia, para dejar constancia de lo que se había encontrado y dejarlo en manos de los especialistas. Los cuales le dijeron que a simple vista se podía apreciar, que se trataba de una pieza con un valor patrimonial; que incluso le dijeron que era recomendable que se mantuviera allí, aunque finalmente no fue así.

 

Manuel quiso esperar a la Guardia Civil y no se fio de dejarla en el centro. Por eso entregó la piedra al Seprona al día siguiente.

¿Cómo es exactamente?

Son 45x31cm, pertenecientes a lo que sería la cintura y el glúteo del lado derecho de un guerrero. Además, también posee una pequeña parte del cinturón colocado encima de una túnica, en la que podemos ver protecciones romboidales y discoidales unidas por correas, las cuales nos muestran que el personaje se trataría de un militar. La autoridades agradecieron la comunicación e indicaron que si pasa algo similar, se haga lo mismo.

 

Con respecto a su conservación, sabemos que el martes en el MAHE empezarán con su análisis e investigación más profundamente, para confirmar si quedan restos de policromía y que puedan hacernos saber cómo o qué técnicas fueron empleadas en su decoración.

¿Cómo se hará la identificación del guerrero?

Mediante técnicas de análisis no invasivas como es el caso de la microscopía portátil para poder ver detalladamente su superficie, así como rayos X que determinen el tipo de químico elemental instantáneamente y sin necesidad de mantener contacto directo con el objeto analizado.