El pacto Europeo asegura que desde 2035 los coches que se fabriquen deberán ser eléctricos

Los coches eléctricos son ya cada vez más famosos entre los compradores más jóvenes. Muchos aseguran que, ante la posibilidad de comprar un coche de gasolina o uno eléctrico, se decantan por aquellos que prometen ser menos perjudiciales para el medio ambiente.

Esto ya no solo es una opinión de unos cuantos, ya que el Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión Europea, tras semanas intensas de negociación han llegado a un pacto que asegura acabar con la situación medioambiental en la que nos encontramos. Se trata de un acuerdo en el que, a partir del año 2035, las empresas automovilísticas no venderán ni un solo vehículo que funcione gracias a la gasolina o al diésel.

De momento, se trata de un pacto fruto de una votación previa, pero el acuerdo apunta a convertirse en ley dentro de muy poco. «Se trata de una decisión histórica, ya que establece por primera vez una senda clara de descarbonización, con objetivos en 2025, 2030 y 2035 y alineada con nuestro objetivo de neutralidad climática para 2050», aseguraba Pascal Canfin, presidente de la comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo.

 

A pesar del éxito que se promete, el pacto no es apoyado por todos

A diferencia de la industria automovilística europea, la cual se ha mostrado positiva ante lo planteado con la única condición de que se instale una red de estaciones de recarga suficientemente grande como para paliar la demanda, algunos como el Partido Popular Europeo o Greenpeace muestran su desacuerdo con el trato.

En primer lugar, el primero de estos en no apoyar la iniciativa, asegura que este pacto «pone todos los huevos en una sola cesta». Con esta referencia el eurodiputado Jens Gieseke ha querido hacer pública la inconformidad de su partido ante esta futura ley, ya que, según explica, con ella solo se conseguirá que los conductores, a partir de 2035, dejen de comprar vehículos por no ser «asequibles ni rápidos de conseguir».

Desde Greenpeace, del mismo modo, muestran su preocupación, pero esta vez con la fecha tope para acabar con los coches diésel y gasolina. La Activista representante en la Unión Europea, Lorelei Limousin, ha asegurado que este tope debería adelantarse a 2028. Limousin ha anunciado que para 2035, la iniciativa ya estaría llegando demasiado tarde, por lo que no habría marcha atrás.