Volcan la palma

Fotografía: INVOLCAN

El IGN habla sobre la fase baja del volcán de Cumbre Vieja y del posible fin de su actividad si no se reactiva antes de Navidad

Puede que, tras más de 90 días desde que el volcán comenzó con su actividad, La Palma pueda empezar a respirar tranquila por el fin de la erupción. Los expertos no han confirmado aún que se haya dormido definitivamente, pero sí hablan de que el volcán pasa por una «fase muy baja».

Desde que comenzó la erupción, es la primera vez que el volcán se ha mantenido sin actividad más de 48 horas. A pesar de que se trata del parón más largo que ha tenido el Cumbre Vieja desde que erupcionó el 19 de septiembre, aún puede darse una reactivación. Aun así, los expertos ven cada vez más signos de agotamiento y menos de que el volcán vuelva a activarse.

 

Según los expertos, si en un periodo de unos diez días (más o menos hasta el día de Navidad) no se reactiva, podrían confirmar si la actividad del mismo habría concluido.

El Instituto además ha podido detectar, gracias a este corto periodo de inactividad, unos terremotos de magnitud menor a la de antes. Todo esto se suma a las bajas emisiones de dióxido de azufre que el volcán ha mostrado en esta fase, lo que también da signos de que el volcán puede que se acerque al fin de su erupción.

 

Fases desde su erupción hasta hoy

El volcán de La Palma atravesó diferentes fases hasta llegar a la actual “fase baja”.

En primer lugar, la fase eruptiva, la cual empezó el 19 de septiembre. En esta fase el volcán emitió grandes ríos de lava, que finalmente llegaron al mar. Durante este proceso, cientos de hectáreas fueron arrasadas, y con ellas miles de edificios y de hogares fueron sepultados bajo estos ríos. El volcán contaba inicialmente con 8 bocas eruptivas que expulsaban el material volcánico, pero a medida que avanzaban los días surgieron algunas más.

A partir del mes de octubre, el Cumbre Vieja comenzó una fase de estabilidad en la que la lava discurría por una sola colada y el comportamiento del volcán era constante.

 

A mediados de noviembre la actividad volcánica descendió bastante y la cantidad de dióxido de azufre expulsada había disminuido también.

Finalmente, en el mes de diciembre se está detectando una fase baja con bajas emisiones de gases y una actividad nula que se espera que se mantenga, para así poder determinar el fin de la erupción del volcán que tiene a la isla de La Palma en un estado de alerta desde septiembre.