Los gemelos se hicieron famosos por sus programas de ciencia y misterio en televisión, y consideraban que no necesitaban la vacuna al estar sanos

Grichka e Igor Bogdanoff, hermanos gemelos descendientes de la nobleza austriaca, saltaron a la fama en la televisión francesa alrededor de la época de los 80, con su programa Temps X.

Los gemelos fallecieron con 6 días de diferencia. Grichka murió el pasado 28 de diciembre y su hermano el lunes día 3 de enero. La razón por la que los hermanos no habían recibido las dosis de la vacuna contra el Covid-19 fue principalmente su manera de pensar con respecto al daño que la vacuna podría hacerles. Ambos estaban convencidos de que, a pesar de sus 73 años de edad, el virus no les afectaría de manera muy negativa ya que, según aseguraban, llevaban un estilo de vida muy saludable que les protegería.

 

Fue el abogado de estos, Edouard de Lamaze, quien confirmó que la causa de la muerte de los gemelos había sido el contraer el virus. Sus amigos acudieron al hospital demasiado tarde, ya que ninguno de los dos le dio demasiada importancia a la situación que sufrían ya que, como decían, los síntomas eran parecidos a los de la gripe, según cuenta Pierre-Jean Chalençon, amigo de los fallecidos. «La gente dicen que eran antivacunas, pero no lo eran», comunicó Chalençon. «Varios amigos les dijeron que se vacunaran, pero ellos pensaban que no estaban en riesgo por su estilo de vida y su ausencia de comorbilidades», añadió.

El cambio de imagen de los hermanos en los 90 los hizo más conocidos

La fama de los hermanos Bogdanoff comenzó a hacerse cada vez más grande cuando ambos, tras haber trabajado 8 años en la televisión francesa con su programa de ciencia popular Temps X, decidieron operarse la cara para tener cara de extraterrestres, de lo que ambos estaban muy orgullosos. Grichka confesó que su operación facial no había sido fruto de la cirugía plástica tradicional, si no que se sometieron a un experimento de tecnología avanzada.

 

Según dijo el exministro de Educación francés y amigo de los fallecidos, «Ambos eran atléticos, sin un gramo de grasa, y pensaban que la vacuna era más peligrosa que el virus».