Fotografía: RTVE

María Lo sufrió la pérdida de su padre solo una semana después de ganar el programa

María Lo fue la primera en ser elegida duelista de la décima edición de MasterChef. El programa de RTVE no defraudó y emitió una final a la altura junto a su compañera Verónica, que quedaría en segundo lugar.

La gaditana de ascendencia china elaboró un menú perfecto con un primer plato de tartar de atún de Almadraba, un segundo de cigala con jugo de cap i pota ‘Sabores del norte’ y un postre de crema de chocolate blanco, bizcocho de praliné de pistacho y té matcha. Justo este último plato lo llamó ‘Aromas de Oriente’, dedicándolo a su padre. El señor Lo, de origen chino, no pudo asistir al programa al encontrarse enfermo. 

Algo que dolió mucho a la gaditana, pues lo consideraba su referente en la cocina. Aun así, su familia decidió ocultarle la gravedad de su salud, y dejar que viviera «su sueño».

Afortunadamente, María Lo pudo reunirse con su padre con el premio en mano. Pudo disfrutar de él solo una semana más antes de su fallecimiento y contarle el sueño que había vivido.

 

Su paso por MasterChef 10

María Lo llegó al programa con la coincidencia de que su exnovia, Teresa, también entró. Ahí se reconciliaron y dejaron atrás rencillas del pasado volviendo a ser grandes amigas. Lo no dejó de hacer guiños a su novia actual, dando visibilidad al colectivo lésbico con total naturalidad, algo que la hizo hacerse más querida aun por sus compañeros.

Además de llevarse el gran premio, en una de las pruebas en las que fue la mejor consiguió un año de contrato laboral en un restaurante prestigioso en Dubai. Lo cierto es que no ha sido una concursante polémica. Ha transcurrido por todos los programas pasando más bien desapercibida, pero con paso firme y demostrando sus dotes culinarias día tras día.