plastico - peces

El estudio realizado por investigadores de nuestro país, indica la presencia de estos compuestos tóxicos (plásticos) y cómo esto puede afectar a nuestra salud

El pescado que comemos de forma regular cada vez se ve más afectado por las toxinas generadas por los humanos, como es el plástico. Hasta hace poco era muy común tener en cuenta el mercurio. Un componente nocivo presente en las especies más grandes y con el que hay que controlar que no se sobrepase el límite establecido. Sin embargo, tras los recientes estudios realizados por un grupo de investigadores en la costa del Mediterráneo, se ha demostrado que también ingerimos pescado que alberga otra toxina: los plásticos.

No solo aparecen como fragmentos grandes en estos animales. Si no que aparecen también en forma de microplásticos o compuestos químicos invisibles que acaban en el organismo de las especies marinas. Entre estos encontramos los organofosforados. Sustancias utilizadas en la industria de los que se sabe que afectan al sistema reproductor. Son perjudiciales para el sistema nervioso y endocrino y pueden tener efectos cancerígenos.

 

En concreto son las sardinas, las anchoas y las merluzas las presentan una elevada concentración de estas toxinas. Las pruebas se han realizado con 55 muestras de estas especies de diferentes puntos. Los resultados han determinado que todas las muestras excepto 2, tenían hasta 73 nanogramos por gramo de músculo de plástico.

A pesar de que en el estudio publicado en Environmental Pollution aseguran que esta concentración de plástico no supone riesgos en la salud humana, pone de relieve la alta presencia de estos tóxicos dentro y fuera de la cadena alimentaria.

 

Consumir estos peces no pone en peligro nuestra salud por la cantidad de plástico

Los investigadores hacen hincapié en que consumir estas especies no supone ninguna amenaza para la salud humana, pero avisan de que la exposición a estos contaminantes trasciende el consumo de alimentos. La investigadora Ethel Eljarrat explicó que “Los seres humanos recibimos el impacto de estos plastificantes por distintas vías, principalmente la alimentación y la respiración”, y que lo que están ahora investigando es la cantidad de estos plastificantes que recibe nuestro organismo, tanto del aire que respiramos como de los alimentos, para determinar así si la suma de todos estos aportes puede tener un impacto negativo en nuestra salud.

Y es que todo esto es para reflexionar el problema medioambiental actual, la cantidad de contaminación plástica en los océanos y como la situación que la humanidad ha creado revierte de una manera u otra en la salud de las personas.