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Los demonios de tasmania han vuelto a lo que un día fue su hogar 3.000 años después

Tras el trágico incendio de Australia, un grupo de científicos han decidido ejecutar un ambicioso programa que planea restaurar la población del Demonio de Tasmania liberando a 26 ejemplares de estos mamíferos carnívoros en un santuario de 400 hectáreas en Barrington Tops, cercano al norte de Sídney.
Al mismo tiempo, estos han sido reintroducidos en la zona después de que desaparecieran de este área hace 3.000 años.
Los ejemplares han vuelto a lo que un día fue su hogar 3.000 años después. Ha sido un ambicioso proyecto de reintroducción de la especie en la Australia continental que ha conseguido liberar un total de 26 ejemplares en el santuario natural de Barrington Tops, un enclave de 400 hectáreas situado en el estado de Nueva Gales del Sur, al este del país. Todo ha sido gracias a Devil Comeback .
 

Una gran iniciativa

Esta iniciativa la han llevado a cabo Aussie ArkGlobal Wildlife Conservation y WildArk, tres organizaciones conservacionistas que llevan trabajando durante una década con la esperanza de que, algún día, estos feroces marsupiales proliferen en su antiguo hogar y consigan ganarle el pulso a la extinción.

El diablo o demonio de Tasmania (Sarcophilus harrisii) es una especie de marsupial dasiuromorfo de la familia Dasyuridae. En la actualidad solo se encuentra en estado silvestre en la isla de Tasmania, al sur de Australia continental.

 

Es el marsupial carnívoro de mayor tamaño existente en la actualidad, tras la extinción del lobo marsupial. Su tamaño es como el de un perro pequeño, con un cuerpo robusto y musculoso y su piel está cubierta de pelo negro. Se caracteriza por su desagradable olor, por su grito muy fuerte e inquietante, así como por su ferocidad cuando se alimenta. Puede cazar sus propias presas pero también se alimenta de carroña, así como de productos domésticos si hay humanos viviendo cerca. Por lo general es un animal solitario, pero a veces se alimentan en grupos.

 

A diferencia de la mayor parte de los demás dasiúridos, se termorregulan con eficacia y son activos a pleno día sin sobrecalentarse. A pesar de su aspecto corpulento, puede desarrollar una velocidad sorprendente, y puede subirse a los árboles y nadar por los ríos.